Entusiasmo significa que hay un disfrute profundo en lo que haces además del elemento añadido de una meta o una visión hacia las que trabajas.
Cuando añades una meta al disfrute de lo que haces, el campo de energía o frecuencia de vibración cambia. Se añade ahora al disfrute un cierto grado de lo que podríamos llamar tensión estructural, y así se convierte en entusiasmo.
En la altura de la actividad creativa alimentada por el entusiasmo, habrá una intensidad y una energía enormes en lo que haces. Te sentirás como una flecha que se mueve hacia el blanco, y disfrutando el viaje.
Para un observador, puede parecer que estás bajo estrés, pero la intensidad del entusiasmo no tiene nada que ver con el estrés.
Cuando deseas llegar a tu meta más de lo que deseas estar haciendo, lo que estás haciendo te estresa.
El equilibrio entrre el disfrute y la tensión estructural se pierde y ha ganado la última.
El estrés siempre disminuye tanto la calidad como la efectividad de lo que haces bajo su influencia.
Hay también un fuerte vínculo entre el estrés y las emociones negativas, tales como la ansiedad y la ira. El estrés es también tóxico para el cuerpo.
Al contrario del estrés, el entusiasmo tiene una alta frecuencia de energía y, por lo tanto, resuena con el poder creativo del universo.
Por eso, Ralph Waldo Emerson dijo que "Nada grande se ha logrado nunca sin entusiasmo".
El entusiasmo sabe para donde va, pero al mismo tiempo está profundamente en unidad con el momento presente, la fuente de vitalidad, su alegría y su poder.
El entusiasmo no "quiere" nada porque no le falta nada. Está en armonía con la vida y no importa lo dinámicas que sean las actividades inspiradas por el entusiasmo, no te pierdes en ellas.
Y siempre queda un espacio quieto pero intensamente vivo en el centro de la rueda, un núcleo de paz en medio de la actividad que es la fuente de todo y, al mismo tiempo, no está tocado por ello.
"En unidad con la vida". E. Tolle
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