El Tiempo del alma

martedì 15 marzo 2016

C.G. Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Este extracto de la autobiografía del maestro Jung me alienta, me sostiene, me direcciona. Por su sinceridad y su humildad . Gracias !!!!

"En la época en que me ocupaba de las imágenes del inconsciente decidí retirarme de la universidad de Zurich , en la que durante ocho años había sido profesor auxiliar (desde 1905). La vivencia y experiencia de lo inconsciente me había coartado intelectualmente en grado extremo. Después de finalizar el libro sobre:
" Wandlungen un Symbole der Libido (1911) me fue imposible leer un libro científico durante tres años. Así tuve la sensación de que no podía ya tomar parte en el mundo del intelecto. Además, no hubiera podido hablar de lo que me preocupaba. El material proporcionado por el inconsciente me había dejado, por así decirlo, atónito. No podía entonces comprenderlo ni en modo alguno darle forma. Sin embargo, en la universidad ocupaba un puesto muy delicado y sentí que debía ante todo hallar una orientación nueva y totalmente distinta, y que hubiese sido no jugar limpio enseñar a estudiantes jóvenes en un estado de ánimo dominado por las dudas.
Con ello me vi situado ante la alternativa: o prosigo con mi carrera académica, que entonces ante mí se abría, o sigo a mi íntima personalidad, la "suprema razón". y continúo la maravillosa tarea, el experimento del análisis del inconsciente.
Así pues, abandoné conscientemente mi carrera académica, pues antes de que mi experimento hubiera terminado yo no podía presentarme en público. Sospechaba que era algo grande lo que a mí me sucedía y confié en lo que me parecía sub specie aeternitatis más importante.Sabía que llenaría mi vida y por tal causa estaba dispuesto a correr cualquier riesgo.
Qué significaba que fuera profesor o no?. Naturalmente que me disgustó, sentía incluso rabia por el destino y en muchos aspectos lamenté el no poder circunscribirme a lo que es comprensible para todos. Pero emociones de este tipo son pasajeras. En el fondo no significan nada. Por el contrario, lo otro es lo importante y si uno se concentra en lo que la íntima personalidad quiere y dice, desaparece el dolor. Así me sucedió siempre, no sólo cuando renuncié a mi carrera académica.
Las primeras experiencias de este tipo las hice ya de pequeño.En mi juventud era irascible, pero siempre que la emoción llegaba a un punto culminante cedía rápidamente y renacía la calma. Entonces me sentía alejado de todo y lo que me había irritado parecía pertenecer a un lejano pasado.
La consecuencia de mi decisión y del ocuparme de cosas que ni yo ni los demás podían comprender consistió en un gran aislamiento. Lo vi claro muy pronto.Me preocupaban pensamiento sobre los cuales no podía hablar con nadie; sólo hubiesen sido mal entendidos. Experimenté, del modo más agudo,la posición entre el mundo exterior y el interior.La conjunción entre ambos mundos, que hoy conozco, no podía entonces concebirla. Sólo veía un irreconciliable antagonismo entre lo interior y lo exterior.
Pero desde un principio me resultó claro que sólo establecería contacto con el mundo exterior y los hombres, si me esforzaba al máximo en mostrar que los contenidos de la experiencia psicológica son "reales" y ciertamente no sólo como experiencias personales mías, sino como experiencias colectivas que pueden repetirse también en otros hombres. Ello intenté demostrarlo en mi posterior trabajo científico.Pero al principio lo hice todo para aportar a mis deudos una nueva maniere de voir. Sabía que estaría condenado al aislamiento más absoluto si no lograba esto."

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