Evitar la relación es evitar el dolor.
Los límites de nuestro ser se convierten en la cantidad de
sufrimiento que podemos soportar
o la cantidad de sentimiento que podemos aceptar
antes de que se convierta en sufrimiento.
Es parte de la plegaria que somos.
Cómo sabemos que estamos viviendo correctamente?
Qué pasa si nunca hemos vivido erróneamente?
Qué si nuestra pena y nuestro dolor
y nuestra ira y nuestro miedo
y nuestra desconfianza
fueran simplemente el latido del corazón
que todavía no hemos aprendido a escuchar
o la respiración que no hemos estudiado?
El explorarlos
el inquirir dentro de ellos escrupulosamente
eso, para mi, es ser responsable.