El Tiempo del alma

giovedì 6 aprile 2017

Los cinco principios fundamentales de una psicología de la liberación

Lo Transpersonal
Boletín de la A.I.P.T
Asociación italiana de Psicología Transpersonal

Los cinco principios fundamentales de una psicología de la liberación
Por A. Cohen

Los cinco principios fundamentales de una psicología de la liberación, de los cuales habla Andrew Cohen, un maestro espiritual contemporáneo, “describen simplemente y con claridad como vivir aquello que se descubre en la revelación espiritual – como encarnar la absoluta naturaleza de aquella revelación en la vida que estamos viviendo aquí y ahora”.-
Ellos corresponden también a la apertura a las formas arquetípicas, que representa los pasos del crecimiento de una persona en su recorrido espiritual.
El primer principio se refiere a la claridad de la intención, o sea el no tener dudas sobre el hecho de querer ser libres por sobre todas las cosas en este momento, independientemente de la emergencia de las emociones.
Este principio corresponde a aquello que la sabiduría vedanta indica como “la ardiente voluntad de liberación”, o sea, la profunda certeza, a menudo no expresable en palabras, que más allá de nuestras limitaciones, somos empujados por una fe bien precisa e inamovible, que nos guía en las elecciones y en las acciones hacia una realidad que nos trasciende.

El segundo principio es expresado por Cohen como la ley volitiva. Siendo que se desea ser libre más que cualquier otra cosa, se toma la elección consciente de no ser más una víctima. El hecho de sentirse una victima por haber sido heridos en el pasado, causa, a menudo inconscientemente, heridas a otras personas. Por el contrario, renunciando a sentirse una victima, tal tendencia disminuye drásticamente. Este pasaje requiere la activación del arquetipo del Guerrero, el cual, basándose sobre la ardiente voluntad de liberación, aporta las energías psíquicas para combatir la dura batalla de salida del propio victimismo.

El tercer principio se concretiza en el afrontar todo y no evitar nada. Sin embargo lo que ocurre a manudo es que accionamos en modo de no afrontar nada y evitar cada cosa, porque nos gusta acunarnos en nuestros lamentos, nos gusta mantener el statu quo. En la base de este comportamiento, responsable de la detención del camino espiritual, está el narcisismo, entendido como el no poder soportar más que nada, de ver (o que alguien nos haga ver) la verdad sobre nosotros, que consiste en rechazar la incompletitud y en perpetuar la imagen ideal de nosotros mismos.
La actuación de este principio requiere un trabajo sobre la superación del orgullo, eventualmente ayudado por un trabajo psicoterapéutico profundo.

El descubrimiento que cada aspecto de la experiencia humana es una cuestión absolutamente impersonal, en el sentido que puede reencontrarse, en distintos grados de intensidad, en todos los seres humanos, abre las puertas a un nuevo conocimiento sobre la propia existencia, ya no más encastrada en los limites restrictivos del propio narcisismo, y sí abierta a ser compartida con la experiencia de los otros.
Por ejemplo, la experiencia del miedo, madre de muchas emociones, es idéntica en todos los seres humanos, aunque con distintas esfumaturas.
La entera experiencia humana es un evento impersonal. Por lo tanto universal.
Dándose cuenta profundamente de esto, se comienza a descorrer las ilusiones de la esfera personal, y se puede abandonar más fácilmente los comportamientos narcisistas. Este principio que Cohen llama la “verdad de la impersonalidad”, se activa bajo la acción del arquetipo del Ángel, correspondiente a la apertura del corazón.

Finalmente, el último principio, que consiste en el accionar por el bien del todo, consiste en la apertura hacia la Vida y corresponde a la activación del arquetipo de la Gran Madre.
Aspirar a la liberación de todos los seres humanos, y no solo a la propia personal, nos hace vibrar en acuerdo con la vida universal y da un sentido más profundo a la investigación y a la Liberación misma.
Stefano Pischiutta

ESTADOS MENTALES SUPERIORES: La compasión y el perdón

La posibilidad de manejar energías vibracionales más elevadas, está directamente relacionada con la capacidad de poder ampliar conciencia.
Sintonizar con estados mentales superiores implica un proceso de refinamiento energético. Las altas frecuencias crean estados sutiles como la vulnerabilidad, sensibilidad, receptividad y desarrollo intuitivo, en contraposición al carácter reactivo que caracteriza los niveles densos de energía de una conciencia limitada del Ser.
Un ser que vibra en un nivel de conciencia marcadamente dualista donde la separatividad define su modo de operar, necesariamente tendrá respuestas vinculares que reflejen ese estado de conciencia. Su comportamiento tenderá a búsquedas de satisfacción personal sin registro de la presencia de un otro, formando parte de la situación creada como oportunidad para trascender una conciencia individualista.
Es importante señalar que el ejercicio del perdón es parte del proceso de maduración de la conciencia donde la compasión y la aceptación son sus elementos constituyentes.
El camino comienza en nuestro interior. Es una experiencia interna de despertar la que permite vislumbrar estados mentales donde la conciencia del amor y de la unicidad se revela como la esencia del Ser.
A medida que observamos nuestras propias heridas con una conciencia de involucración y responsabilidad, estaremos disponiéndonos a una nueva forma vincular que invoca un nivel de energía más elevado, y como consecuencia, más compasivo para todos los involucrados.
La fuerza que imprime la nueva energía planetaria impulsa el despertar a estados superiores del Ser. Se movilizarán los contenidos que se encuentran fuera del campo de la conciencia ordinaria, siendo esta movilización causa de desequilibrio, confusión y malestar. Todos sabemos que este tiempo es el despuntar de la nueva conciencia que requiere un proceso de purificación, sutilización e integración para trascender los niveles de dualidad.
Lic. Annamaria Saracco

El sembrador de dátiles (cuento sufi)

Risultati immagini per datileraEn un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Elihau de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Elihau transpirando, mientras parecía cavar en la arena. —¿Qué tal anciano? La paz sea contigo.

—Contigo –contestó Elihau sin dejar su tarea. —¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos? —Siembro –contestó el viejo. —¿Qué siembras aquí, Elihau? —Dátiles –respondió Elihau mientras señalaba a su alrededor el palmar.

—¡Dátiles! –repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez comprensivamente—. El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor. —No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos... —Dime,


amigo: ¿cuántos años tienes?


 

—No sé... sesenta, setenta, ochenta, no sé... lo he olvidado... pero eso ¿qué importa? —Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años de crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.

—Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar estos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque sólo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

—Me has dado una gran lección, Elihau, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste –y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero. —Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto, y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.

—Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague también esta lección con otra bolsa de monedas. —Y a veces pasa esto –siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas—: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseché no sólo una, sino dos veces. —Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte..



Buscadores de la Verdad

martedì 21 marzo 2017

PSICOLOGIA TRANSPERSONAL Y AYAHUASCA

Perú. Iquitos. Enero 1999. Estoy rodeada de jungla… me encuentro en el corazón de la amazonía peruana formando parte de un reducido grupo de personas reunido en amorosa convivencia desde la más diversa singularidad: pertenecemos a países y lenguas diferentes.
Argentina, Buenos Aires. A comienzos de los años ‘90 junto a otros profesionales de la psicología, nos reencontramos en la tarea de acercarnos a una comprensión más sensible del ser humano, pues la labor terapéutica no colmaba el ansia de nuestras almas al sentirnos insatisfechos con la limitativa mirada que sustentaba la práctica psicológica.
En las últimas décadas del siglo XX, Occidente recibió la fuerte influencia de la sabiduría oriental y al mismo tiempo, comenzó un proceso de revalorización de la cultura indo- americana, depositaria de un saber profundo. Estos conocimientos modifican absolutamente el enfoque científico y entonces el viejo paradigma se vuelve insuficiente frente a esta nueva realidad.
A partir de los años sesenta, esta irrupción de oriente en occidente dio lugar a un movimiento que culmino en Estados Unidos con el surgimiento de la psicología transpersonal irradiándose posteriormente hacia Sudamérica.
El movimiento transpersonal, que se extendió a todas las disciplinas y se hizo internacional, es una corriente científica que une a individuos de diferentes profesiones y preferencias filosófico-espirituales.
La visión transpersonal permitió reconocer que las teorías psicológicas predominantes de la época eran demasiado estrechas para hacer justicia a todo el espectro de la potencialidad humana.
El concepto de transpersonal, que significa más allá de lo personal, fue adoptado para referirse a aquellas experiencias que van mas allá de la individualidad y de la personalidad. Incluye la dimensión espiritual de la psiquis, entendiendo por espiritual a aquel modo de conciencia que busca experienciar la unión con todo lo que existe.
La espiritualidad es reconocida como una dimensión importante de la existencia, estando el ser humano llamado a crecer espiritualmente. En su naturaleza existe esta disposición innata y el desarrollo de esta capacidad lo conducirá finalmente al encuentro con la propia naturaleza divina y a la conciencia de Dios.
Por lo tanto este reconocimiento, como integración del nuevo paradigma transpersonal, es una clara demarcación con las lecturas tradicionales en el campo de psicología.
Iquitos… este momento de mi vida responde al deseo profundo de mi alma de zambullirse en lo desconocido de si misma. No cabe duda de que este entorno es altamente favorable para ello.
La selva cobija en su interior una fuerte energía que impulsa a la conciencia a moverse fuera del ámbito de lo ordinario. “Aquí, frente a los grandes misterios de la vida, en la oscuridad de nosotros mismos, residen los portales a una nueva posibilidad. Aquí está el potencial para la evolución del alma y la inteligencia de la humanidad”, explica el Dr. Richard Moss en su libro “La mariposa negra”.
El silencio profundo de este lugar es el regalo de la madre naturaleza a sus hijos sedientos de paz.
Este estado de comunión permanente con esta maravillosa energía me permite tomar conciencia de la necesidad de aprender modos diferentes de funcionamiento. Mi mundo conocido está desapareciendo y todo reviste una expectante novedad.

“Madre Ayahuasca aquí están tus hijos, hoy hemos venido para estar contigo.”
Hace dos años (1997) entré en contacto con el espíritu de la Madre Ayahuasca. Siempre es una nueva experiencia de vida. Es mi primera vez en este lugar tan alejado de la “civilización”
Hoy celebraremos nuevamente la vida. Tomaremos el vino del alma (así la denomina el chamán Orlando Chujandama) en un acto de oración, en un gesto de celebración de la belleza y de la importancia del misterio.

Un ritual chamánico es una oración y una fiesta al mismo tiempo, donde el amor, la energía y el poder discurren como un río desde el cielo hacia la tierra.
Hoy viajaremos a través de la muerte…
Para reencontrarnos con nuestra naturaleza universal debemos atravesar la muerte en vida, la muerte mística, que disuelve nuestra personalidad y nos permite el contacto con el centro mismo de nuestro Ser.
La Madre Ayahuasca nos conecta con este centro, enseñándonos los misterios de la vida y de la muerte, por eso se la llama “la soga de la muerte”.
Los seres humanos estuvimos acompañados por ella desde el principio de los tiempos. Era la bebida obsequiada por los dioses a los primeros indígenas; un brebaje que abre las puertas del misterio donado por la Madre Naturaleza.
Me encuentro frente a una nueva experiencia que moviliza en mí una artillería de resistencias. Me concentro en todas mis sensaciones corporales. Atravesarlas es ya un gran desafío, no me resulta sencillo ser penetrada por ellas. Observo como por momentos me desenfoco para tratar de evitarlas.
El miedo, siempre el miedo antes de beber de este cáliz de la vida.
Voy descubriendo que el valor intrínseco de toda experiencia radica en brindarnos la posibilidad de volvernos creativos y no reactivos en una bendita oportunidad de transformación.
Siento que tengo que transformar mi miedo en entrega, sí, aprender a ir abriéndome a la vida, dejarme penetrar por ella, ejercitarme a vivir desde esta apertura, poder soltar el sufrimiento innecesario creado por esta resistencia a lo desconocido de la vida.
Mi alma crea continuamente estas experiencias para colocarme en situaciones especiales que actúan como trampolín que me impulsa a saltar… a soltarme.
Aquí la magia que ofrece la naturaleza salvaje es la de rasgar cada velo de urbanidad y revelarnos a nosotros mismos en una verdad casi desconocida y por ello insinuadamente amenazante. El ritual sagrado es el Ser que se desnuda a si mismo al simple contacto con las fuerzas de la naturaleza. Sólo me queda, no resistir al despojo de las vestiduras del mundo.

En profunda comunión aceptamos la pócima ofrecida por el chamán.
Voluntariamente son varias las formas en que se puede llevar la conciencia a los planos más sutiles de la realidad. Ciertas sustancias llamadas psicoactivas o psicodélicas tienen este mismo efecto. Las plantas sagradas o enteógenos, como la ayahuasca, se asumen en un contexto ritual. El término “enteógeno”, acuñado por el etnobotánico R. Gordon Wasson se refiere a sentir la presencia de la divinidad sin morada que se experimenta bajo su influencia.
En el campo de la psicología transpersonal el camino delineado de encuentro con nuestra divinidad subyacente asume una modalidad evolutiva.
Como psicología de la conciencia opera desde la necesidad intrínseca de crecimiento de la personalidad hacia el objetivo más elevado de la integridad del Ser.
El trabajo clínico configura el aprendizaje en la expansión de la conciencia. Todos los niveles del ser están comprometidos en esta labor de autoconocimiento gradual, constante y profundo.
El modo de operar del viaje chamánico, con el uso de las plantas sagradas, tiene un punto de encuentro con la cosmovisión transpersonal: la exploración de la conciencia más allá de los límites conocidos.
La meta de este trabajo psicológico es despertar a la conciencia superior y su objetivo fundamental es la auto-trascendencia.
La psicología transpersonal reconoce el potencial humano para experimentar una amplia gama de estados no ordinarios de conciencia, estados que se encuentran más allá del ego.
Según Mc Kenna, el mejor mapa que tenemos de la conciencia, como conocimiento interior, es el mapa chamánico. De acuerdo a este punto de vista el mundo tiene un centro. Cuando vamos a nuestro propio centro, un eje vertical nos permite viajar tanto hacia arriba como hacia abajo.
Hay mundos celestiales, hay mundos infernales hay mundos paradisíacos. Estos son los mundos que se abren en nuestros viajes chamánicos.
…el miedo se acrecienta… beber este liquido amargo resulta muy desagradable.
Lo intento; respiro profundamente para tranquilizarme…. El corazón se acelera de golpe y una creciente lasitud me invade causándome más temor, el proceso de la mareación ha comenzado. Busco desesperadamente identificar sensaciones conocidas.
Me siento presa de una lucha interna que nada tiene que ver con la paz y la entrega.
Hay un punto de claridad en toda esta explosión de sensaciones: si realmente quiero explorar lo desconocido tengo que hacer frente a estos nuevos niveles de energía. Con esfuerzo me concentro en acompasar mi respiración al palpitar de la poderosa energía de la jungla. La respiración se convierte entonces en la guía conductora del viaje. Focalizarme en el ritmo respiratorio me lleva, sin proponérmelo, al encuentro con energías diferentes.

En un viaje de ayahuasca se activan aquellos aspectos que repetimos mecánicamente .El ayahuasca nos lleva directamente al espacio que necesitamos reestructurar de nosotros mismos. A cada uno nos da algo diferente. Ella entra en contacto con los espíritus que saben qué es lo que necesitamos para sanarnos física, psíquica y espiritualmente. No todos pasamos por las mismas vivencias.
De este modo los ayahuasqueros viajamos por tantas realidades y mundos como capacidad tiene nuestra psiquis.
Pablo Amaringo, chamán peruano, explica que la planta tiene en ella un espíritu (se refiere a su alma, a su esencia) que la mantiene viva, que es consciente y todo lo ve.
Después de tomar ayahuasca no se vuelve a ser el mismo. Ella nos muestra otros mundos, otros aspectos de este mismo y nos abre a una nueva visión. Profundiza la experiencia de vivir permitiendo hacer contacto con aspectos todavía ocultos que nos privan de vivir libremente.Aunque el valor mas importante que nos dona es mostrarnos la muerte enseñándonos a morir.
Dijimos que el término ayahuasca en quechua significa soga del ahorcado o del muerto. Está asociado al arquetipo de la iniciación, donde uno atraviesa un puente y renace como ser espiritual.
Viajar a través de la muerte es un instrumento que favorece la sanación y el crecimiento personal. Morir en vida tiene múltiples valores: significa destruir la jaula de la identidad mental construida por el ego y sumergirse en el océano del poder natural que se encuentra más allá de los muros del yo. Destruir los confines del propio ego es en realidad morir a la propia identidad sostenida por la mascara que usamos que esconde la verdadera naturaleza esencial.
Silencios humanos… el grito de la naturaleza…. Solo su voz que brota de las entrañas mismas de la tierra se impone a aquel que se dispone a entrar en su templo sagrado silenciándose a si mismo.
La fuerza de la vida nos arroja salvajemente a abrazar la muerte como única posibilidad de renacimiento. La liana sagrada me lleva a sentir mi resistencia en un dolor asfixiante que solo puede redimirse en una verdadera y honesta entrega a querer experimentar la vida desde un estado primitivo, salvaje, natural. Sin disfraces, sin recursos ordenadores ni moderadores, a cara limpia, a corazón abierto, a brazos extendidos.
Con miedo y condicionamiento no puedo estar en comunión con la armonía de la naturaleza viva. Siendo ella a su vez el tester silencioso e implacable de la verdad interior: no tengo opción, o me entrego a su invitación o sufro por mi autoexclusión.

Para la mirada transpersonal la evolución de la humanidad está ligada a las transformaciones de la conciencia, su importancia radica en el aprendizaje en como ampliarla y transformarla. La terminología expansión o ampliación de la conciencia se refiere a su focalización en niveles diferentes al habitual. Es en estados de conciencia expandida cuando la persona logra abarcar plenamente su identidad total: cuerpo – mente – espíritu -universo. La conciencia expandida se hace ilimitada y trasciende tiempo, materia y espacio.
Según Orlando Chujandama, chamán de la alta selva peruana, Tarapoto, el ayahuasca es la madre de todas las plantas, la más reverenciada y poderosa de toda la amazonía.
Es un elemento indispensable en la forma de vida espiritual de los pueblos de esta región. Ha sido utilizada por siglos como camino para obtener la expansión de la conciencia por los curanderos del Perú.
Configura un proceso de autodescubrimiento personal y espiritual que continuará por el resto de la vida.
Empiezo a respirar quietud… el aroma intenso que emana de la vida perfora los bloqueos sensoriales adormecidos y apagados por días de rutina que roban espacio a una conciencia vital. Un profundo silencio interior me permite abrirme ahora al acontecer. Este momento me está revelando su eternidad. Puedo penetrar y ser penetrada por esta atemporalidad y siento en una respiración profunda involuntaria una expansión luminosa de todo mi ser. Soy la misma tierra que canta la canción de la vida.
Lic Annamaria Saracco

mercoledì 1 marzo 2017

CONCIENCIA Y VIOLENCIA


Abordar la temática de la Violencia desde una perspectiva de no involucración es como describir un fenómeno tomando la distancia óptima que sirva de autoprotección.

Qué significa esta afirmación y a dónde nos conduce?
Partimos del reconocimiento que toda vincularidad comporta un sentido evolutivo. Todo lo que queremos transmitir, por lo tanto, tiene que ser desde una conciencia participativa para hacerlo desde un verdadero acompañamiento y no desde una mera información despersonalizada.

Abordar una tarea informativa, de investigación, terapéutica, de ayuda, de asistencia sin poder reconocer que estas energías nos tocan en lo más profundo de muy distintas formas,es fundamental para una intervención comprometida.

Estamos acostumbrados a separarnos de lo que le pasa al otro y lo más grave es que esta ilusoria separación está al servicio del Ego que, a causa de su negada debilidad, necesita utilizar toda situación de "ayuda" para reafirmarse en sus escondidas debilidades.

El vínculo terapeútico especialmente legalizó esta situación desde una teorización absolutista con formas rígidas de resolución. El avance paulatino de una conciencia participativa y compasiva ofrece la posibilidad para que los profesionales legalicen sus propias experiencias .

Sabemos que la información no configura un conocimiento.Si esta información pasa al plano de la experiencia , de la vida , entonces devendrá en conocimiento. Entonces , si transmitimos información nada estamos comunicando porque nada ha sido encarnado. Cuando el profesional acepta su proceso de vida y aprendizaje y humildemente lo pone al servicio del "paciente " (palabra que considero inadecuada) entonces estará creando un espacio de salud .

Hoy,este proceso toma una forma diferente . Los mismos profesionales con sus propias experiencias dolorosas se animan a mostrar su humanidad y salen del lugar de perfección planteado por la ortodoxia científica.

Toda vez que se revelan nuevas realidades nos encontramos con la necesidad de profundizar en la naturaleza del Ser humano.

Mientras que en el posicionamiento anterior " esto le pasa al otro " el profesional es invitado a juzgar, contaminado por sus propias proyecciones, ( lo que equivaldría a decir desde la vereda de enfrente ) en una actitud crítica ,en esta nueva forma de abordaje , que surge del crecimiento de un nuevo nivel de conciencia, tiene la posibilidad de intervenir involucrándose en una tarea compartida y hermanada. 

La asimetría radica en el lugar del que conduce el proceso pero la condición de humanidad une el destino del proceso terapéutico en un resultado muy diferente. La brecha se ha derribado. La brecha es la violencia instalada en el consultorio que lastima y desvirtúa todo acto de amor. Porque en realidad este es el resultado buscado: donde hay violencia no hay amor y si no hay amor no hay sanación.

Recordemos que en una acción despersonalizada el terapeuta queda a resguardo de la problemática misma . Es importante observar en todo proceso vincular el lugar desde donde se está transmitiendo. Aquí radica la raíz de la Violencia.
Todos estamos enlazados, sabiamente vinculados los unos a los otros en redes relacionales de intercambio y aprendizajes mutuos. Todos somos maestros y alumnos alternativamente. Todos estamos en fuertes procesos de aprendizaje.

Lo que diferencia a unos de otros es el grado de despertar de la Conciencia.
Una Conciencia más despierta verá cada situación como un desafío de crecimiento.
Los más aletargados se sentirán victimas de toda situación.

El lugar de Victima es un lugar de trampa. NO HAY QUE AUSPICIARLO. Mantiene en bajos niveles el psiquismo y no favorece ningún proceso de evolución.

Si somos VICTIMAS entonces polarizaremos la existencia de un culpable y así pondremos AFUERA la responsabilidad por hacernos cargo de nuestra búsqueda de bienestar .Y si así estamos posicionados va a aparecer un culpable detrás de otro para perpetuar el lugar elegido.
Salir de la trampa es poner perspectiva a toda situación de violencia.

Hoy estoy convencida que toda acción violenta empieza por uno mismo. Somos los autores de nuestras propias violencias auto infringidas. Mi camino hasta aquí , transitado de mas de treinta largos años de terapeuta entrelazados a mis propias experiencias, son un testimonio a esta verificación. Solo cuando empezamos a mirarnos a nosotros mismos podremos descubrir esta verdad. Y lleva tiempo.... bastante.

El coraje y la aceptación de lo que encontraremos en esas negras profundidades lo necesitaremos para traer a la luz los tesoros ahí escondidos.Generalmente cuando emprendemos esta travesía los otros suelen cargarnos con muchas de sus "proyecciones". Creo que este es el momento de mayor tensión porque debemos continuar con nuestro camino de rescate de nosotros mismos.

Ahí donde hay auto violencia hay herida y donde hay herida falta el amor a nosotros mismos. Las heridas se sanan poniendo amor donde hay dolor. Donde me olvidé de mi me violenté. Todo empieza desde adentro y se proyecta afuera. Si me amo puedo después compartir ese amor, cuando me olvide de mi ejercí violencia. Entonces los espejos de la realidad me lo vienen a mostrar.

Claro que esto es difícil verlo y después aceptarlo por toda persona que no se encuentre en este tramo del camino y siga creyendo que el afuera es el causante de su cautiverio.
Claro que existen seres que ocasionan daños y otros nutren de amor. Pero unos y otros están puestos por alguna razón en el camino. Solo es cuestión de observar.

El auto conocimiento proporciona todos los elementos necesarios para emerger a situaciones donde las energías son más livianas y más amorosas.
Salir de los pactos perversos es desafiar el miedo a la soledad, a la critica, a la creencia de que soy en tanto el otro me reconozca, al desamparo, a la carencia etc.…
Por lo tanto se necesita coraje para crecer pero la recompensa es la puerta a una vida más saludable, armónica y verdadera.
Es necesario proporcionar un nuevo modelo a la Psiquis.
Las relaciones deben descender a niveles más profundos, recíprocos, verdaderos auténticos. Deben recordarnos nuestro potencial más elevado, aquello en lo que podemos devenir y no aquello en lo que podemos acabar.

Estamos obligados por un proceso de Conciencia a descender y a enfrentar nuestra Sombra. Es en los territorios del mundo subterráneo donde nos encontramos al desnudo con un Yo despojado de toda ignorancia y falsas imágenes reasegurantes.

Necesitamos descender periódicamente para ascender con menos soberbia y mayor autenticidad.

Annamaria Saracco

domenica 26 febbraio 2017

Ken Wilber




Ken Wilber.


LAS TRADICIONES Y SU PROTOTIPO DEL RENACER.




En nuestro propio ser, el yo pequeño debe morir para que el gran Yo pueda resucitar. Las distintas tradiciones describen de modos muy diferentes esta muerte y este nuevo Nacimiento. Se trata de un prototipo que:

-en el cristianismo aparece en las figuras de Adán  (a quien los
místicos llaman el Hombre Viejo) y de Jesús  (el Hombre Nuevo).
Según los místicos, la muerte y resurrección de Jesús constituye el
arquetipo de la muerte del yo separado y la resurrección de un
destino nuevo y eterno de la corriente de conciencia, a saber, el Yo
Divino o Crístico y su Ascensión. En el cristianismo este proceso de 
regreso desde la condición "humana" a la condición "Divina", de
la persona externa a la persona interna, del yo al Yo, se denomina
metanoia, una palabra que significa "arrepentimiento" y
"transformación". Nos arrepentimos  del yo (o pecado) y nos
transformamos en el Yo (o Cristo), de modo que ..."no soy yo sino
Cristo el que vive en mí".

-en el Islam se denomina tawbah  y galb (que significan
"arrepentimiento" y "transformación" respectivamente) a esta
muerte y resurrección que al-Bistami resume del siguiente modo:
"Olvidarse del yo es recordar a Dios".

-en los casos del hinduismo y del budismo, esta muerte y resurrección
siempre se describe como la muerte del alma individual (jivatman) y
el despertar a esa  verdadera naturaleza de la persona que los hindúes
describen metafóricamente como Totalidad del Ser (Brahman) y los
budistas como Apertura Pura (shunyata). El momento en que tiene
lugar esa ruptura o renacimiento se denomina iluminación o
liberación (moksha o bodhi). El Lankavatara sutra describe a  la
experiencia de iluminación como "una transformación completa en
el mismo asiento de la conciencia". esta "transformación" consiste
simplemente en desactivar la tendencia habitual a establecer un yo
separado y sustancial donde, en realidad, sólo existe una conciencia
clara, abierta y amplia.

-en el zen se denomina  satori kensho a esta transformación o
metanoia (donde  ken significa "verdadera naturaleza" y sho
significa "ver directamente"). Ver directamente nuestra verdadera
naturaleza es convertirse en Buda.

Y, como dijo Maestro Eckhart
"En esta transformación he descubierto que Dios y yo somos lo mismo"

lunedì 20 febbraio 2017