El Tiempo del alma

martedì 26 gennaio 2016

El fortalecimiento personal - Frances Vaughan

"El poder personal consiste en la capacidad de testimoniar la bondad y la verdad de nuestros pensamientos y de nuestras acciones".
  -Polly Young- Eisendrath y Florence Wiedemann
El poder personal podría definirse como la capacidad de establecer nuestros objetivos y de llevarlos a la práctica. El fortalecimiento, por tanto, está ligado a la autoestima y a la consolidación del ego.
En mi opinión, sin embargo, cuando la persona se identifica fundamentalmente con la imagen del cuerpo y los roles del ego, tiende a descuidar su alma. Por ello, creo que la clave de la sanación de nuestra mente y de nuestro corazón radica más en la fortaleza del alma que en la del ego y, en ese sentido, cuando la decadencia del cuerpo  y la insatisfacción inherente a las metas egoicas se tornan evidentes, nos hallamos más próximos a la curación del alma.
La capacidad de llevar a cabo nuestros objetivos depende del libre ejercicio de nuestra voluntad. El fortalecimiento de una individualidad autónoma y libre pasa por la asunción de nuestra responsabilidad en el mundo y por el reconocimiento de nuestra capacidad para transformarnos a nosotros mismos e influir sobre los demás.
El poder personal puede experimentarse en las relaciones, en el cumplimiento de nuestras metas, en la creación artística, en el trabajo y en el juego. Pero, si bien la fortaleza personal constituye un sólido fundamento para el desarrollo de la plenitud, no siempre implica al alma.
He constatado que el crecimiento y la consolidación de la personalidad se acelera cuando la persona está dispuesta a enfrentarse al miedo y asumir la responsabilidad, no sólo de su conducta, sino también de sus pensamientos, de sus sentimientos y de sus percepciones.
Porque los pensamientos nos afectan más de lo que solemos creer y, para bien o para mal, toda idea tiene un efecto sobre nuestro psiquismo y sobre nuestro cuerpo.
Son muchas las enseñanzas espirituales, tanto orientales como occidentales, que afirman que nuestros pensamientos modelan nuestro mundo y a nosotros mismos.
El desarrollo de la conciencia de uno mismo y del autodominio constituye, por tanto, una tarea esencial para todo aquel que quiera afianzar su bienestar personal, social o espiritual.
La coherencia y la integridad son los cimientos sobre los que se asienta el poder personal, mientras que la contradicción interior, por su parte, disgrega al individuo.
Cuando la persona experimenta un conflicto, es decir, cuando lo que uno dice o hace no concuerda con lo que piensa o siente, se abre una fisura entre la experiencia interna y la expresión externa que genera una tensión que menoscaba la autoestima. Es muy probable que la persona que se sienta ansiosa o culpable por algna acción pasada negativa, real o imaginaria, reaccione defensivamente ante todo tipo de conflictos.
... El fortalecimiento personal sano, en consecuencia, no tiene tanto que ver con la voluntad o el autocontrol, como con la Conciencia, la aceptación y la integridad.
"Sombras de lo sagrado". Dra. Frances Vaughan


Ken Wilber.- Sobre el desarrollo espiritual y otras lineas de desarrollo

Uno puede hallarse en un nivel relativamente elevado del desarrollo espiritual y permanecer todavía en un nivel relativamente bajo en otras líneas; el nivel psíquico profundo,por ejemplo, puede estar muy avanzado, mientras que el frontal permanece relativamente estancado.
Todos conocemos a personas espiritualmente desarrolladas que, no obstante, son bastante inmaduras en el ámbito sexual, en el de la salud física, en la capacidad de establecer relaciones emocionalmente profundas, etc. De modo que el acceso constante a "Un Solo Sabor " no va necesariamente acompañado del desarrollo muscular, ni tampoco le proporcionará un nuevo trabajo, ni una pareja ni tampoco le curará de sus neurosis.
Los contenidos profundos de la Sombra no desaparecen con la meditación y el acceso a los estadios superiores de la práctica espiritual, porque, contrariamente a lo que sostiene la creencia popular, la meditación no es una técnica de descubrimiento. Si lo fuera, la mayor parte de los maestros de meditación no necesitarían psicoterapia, cuando lo cierto es que la necesitan tanto como los demás. La meditación no apunta tanto a desvelar el material inconsciente reprimido como a posibilitar la emergencia de dominios más elevados, con lo cual los dominios inferiores siguen siéndolo y tal vez se hallen ahora aún más reprimidos.

lunedì 25 gennaio 2016

James Hillman - La curación de la sombra

                        

La curación de la sombra constituye un problema moral que nos obliga a reconocer lo que hemos reprimido, darnos cuenta del modo en que lo hacemos, cuáles son nuestras racionalizaciones, de qué manera nos engañamos a nosotros mismos, qué tipo de objetivos perseguimos y a quiénes seríamos capaces de dañar, e incluso destruir, para conseguirlos.

Por otra parte, la curación de la sombra es también una cuestión de amor.
En qué medida aceptamos nuestros aspectos más abyectos, desagradables y perversos?
Cuánta caridad y compasión mostramos ante nuestra propia debilidad y enfermedad?
Cuál es nuestra participación en la construcción de una sociedad basada en el amor en la que tenga cabida todo el mundo?

Yo suelo utilizar la expresión"curación de la sombra" para resaltar la importancia del amor, porque si sólo tratamos de curarnos a nosotros mismos y centramos todo el interés en nuestro "yo", el proceso suele degenerar en una atención desmedida a nuestro ego que sólo conseguirá fortalecerlo y engordarlo para alcanzar sus metas, simples remedos de los objetivos de la sociedad.

Si realmente queremos curar nuestras debilidades, nuestra obstinación, nuestra ceguera, nuestra insensibilidad, nuestra crueldad, nuestra falsedad, etc, deberemos inventar nuevas formas de convivencia en las que el ego aprenda a escuchar sus aspectos más desagradables, aceptarlos y llegar a amar incluso al más abyecto de todos ellos.

Amarse a uno mismo no es una tarea nada sencilla porque eso significa amar todo lo que hay en nosotros, hasta la misma sombra que nos hace sentir inferiores y socialmente inaceptables.

Es por ello que la atención que prestamos a nuestras facetas más abyectas forma parte del proceso de curación.
Pero cuidar de la sombra, en ocasiones, no significa más que asumirla. Así pues, el primer paso importante del proceso de curación de la sombra tan sólo consiste, como hacían los antiguos puritanos o los judíos en su interminable diáspora, en llevar la sombra con nosotros, es ecir, en tomar conciencia cotidianamente de nuestros pecados, en permanecer atentos para que el Diablo no nos tome desprevenidos, en emprender un largo viaje existencial cargando una mochila llena de piedras sin nadie a quien recurrir ni una meta segura que alcanzar.
Pero resulta imposible planificar este viaje que pretende que nuestros defectos se adecuen a os objetivos del ego

Por eso es tan difícil amar.
Para amar a la sombra es necesario aprender a llevarla con nosotros.