"Además de experimentar con el I Ching, Jung observó que con frecuencia un paciente soñaba con imágenes simbólicas que luego, de una forma extraña, coincidían con acontecimientos externos. Si estos últimos se analizaban como si fueran símbolos, se veía que presentaban el mismo significado que las imágenes oníricas. Suele ocurrir, sobre todo, cuando en el inconsciente del observador se activa un arquetipo, lo que produce un estado de elevada tansión emocional. En esos momentos la psiquis y la materia ya no parecen entidades separadas, sino que se organizan en una situación simbólica significativa e idéntica. En esos momentos parece que los mundos físico y psíquico son dos facetas de la misma realidad. Jung denominó Unus Mundus (un mundo) a esta realidad unitaria. Según Jung, los acontecimientos sincrónicos son fenómenos parapsicológicos que se producen esporádica e irregularmente. Parecen ser incidencias peculiares de un principio más general que Jung designó ordenación acausal. (...) el unus mundus de Jung (...) comprende la realidad psíquica o, mejor dicho, trasciende tanto la psiquis (la mente) como la materia. La naturaleza esencial de ambas, el unus mundus propiamente dicho, es trascendental y no puede ser directamente captado por nuestro consciente.. Los acontecimientos sincrónicos son «singularidades» en las que la unidad de psiquis y materia —el unus mundus— se manifiestan esporádicamente"
M.L von Franz, Misterios del Tiempo, Ed. Debate. Fundación C.G Jung de Psicología Analítica
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