"Cuando el mes de Géminis llegó a su fin, los hombres dijeron a sus sombras: "Tú eres yo", pues anteriormente habían tenido a su espíritu como una segunda persona a su alrededor. Así los dos devinieron uno y, por esta colisión, lo poderoso irrumpió, justamente la primavera de la constientia que se llama cultura y que perduró hasta la época de Cristo.
Pero el pez marcó el instante en que lo unido se separó, según la eterna ley de lo enantiodrómico, en un submundo y un supramundo.
Si la fuerza del crecimiento comienza a extinguirse, entonces lo unido se desintegra en su opuesto.
Cristo arrojó lo inferior al infierno, pues tiende de modo opuesto a lo bueno. Eso tuvo que ser así. Pero lo separado no puede permanecer separado para siempre. Se volverá a unir y el mes del pez se agotará pronto.
Presentimos y entendemos que el crecimiento necesita de ambos, de ahí que mantengamos unidos lo bueno y lo malo. Pues sabemos que ir demasiado lejos en lo bueno significa al mismo tiempo ir demasiado lejos en lo malo, así que mantenemos unidos a ambos."
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